viernes, 9 de noviembre de 2007

UN MAR DE FUEGUITOS


"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso - reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."


El mundo, de Eduardo Galeano (Montevideo, 1940) en "El libro de los abrazos"

Esta mañana escuché a un psicólogo hablar de la felicidad. Decía que las personas necesitamos de otras para ser felices. Nuestra autoestima depende tanto de los demás, que haciéndole la vida más fácil al prójimo, recibiremos a cambio el ansiado estado de bienestar. (aquello que siembres, recogerás).

Si ése es un principio básico para ser dichoso, por qué nos empeñamos en hacernos daño... por qué nos privamos de dar, de ofrecer, de regalar.


Tuve una asociación de ideas, entre los abrazos de la Hormiga Rebelde y las llamitas que leí en el rinconcito de mi amiga Lena. Aunque las relaciones entre los humanos no siempre sean fáciles, me pirra estar rodeada de fueguitos.

PD. que se toque la gente..., que se encienda la llama.

2 comentarios:

Joven Eriza dijo...

Eh Winchifriti... hoguerita guapa! Qué bien redescubrir a Galeano.
Un beso, numerao numerao.

Lena de mar dijo...

Preciosa historia, ericita.

La yesca que es tu sola presencia, ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah aaaaaaaaaaaaaaaaaah

Arde Palma... conmigo dentro!!!

Jejeje