En el avión.
Madrid - Cancún
(make in off, los detalles escabrosos del viaje) Simultáneamente en el blog de
la Hormiga Rebelde.
Probablemente, siempre que os hablen de un viaje de estas caracterísitcas, os acabaran confesando dos ineludibles aspectos: lo interminable que se hace el vuelo de ida y la comodidad que tienen los asientos de la clase turista en esos aparatejos. Por mucho que intentes cambiar de postura, siempre, siempre, siempre acabas volviendo a la posición incial y la más práctica, que es la de clavar tus rodillas en los riñones del delante, bien ajustaditas, que ni dios ni turbulencia alguna se atrevan a separarlos jamás.
Nos tocó en la fila de enmedio. Ni ventana ni ná, y desperdigados a nuestro alrededor se hallaban los integrantes de un grupo de chavales entre los 25 y 28 años, en excursión de fin de curso y que vivieron en el avión su segunda adolescencia.
Qué pesados, joder... Qué alboroto armaron entre carcajadas, paseitos, palmas... Y qué poco hizo la tripulación de Air Europa por contenerlos. "no podemos hacer nada, lo siento" Sólo eso decían ante las quejas del resto de pasajeros. (con lo fácil que hubiera sido hacernos creer que debíamos apretarnos los cinturones porque fuera se avecinaba la tormenta perfecta, yo qué sé, cualquier excusa con tal de mantener a todo el mundo sentadito en su butaca por un momentico).
Proyectaron un total de dos películas, de las que sólo pillé el título, porque allí ni se veía ni se oía un pijo entre tanta cabeza y tanto espontáneo armando follón. Por cierto, si queréis un consejo, lleváos unos auriculares para vosotras y otros para vuestros/as acompañantes (forma segura de no hacerte contracturas mientras compartes los tuyos con el/la de al lao, de no quedarte sorda del oído derecho, de no quedarte sin oreja derecha cuando dé la persona de al lado un inesperado tirón y de ahorrarte 3 euritos, dinerico que creedme, en los días sucesivos podríais echar en falta).
En el tema del ñam ñam, nos dieron comida (pasta y brownie), merienda (ostras, no me acuerdo) y cena (la piedra-magdalena del Jurásico Superior) Aconsejamos llevar siempre por cuenta propia algo de picoteo en la mochilica.
A nuestra disposición también y gratuitamente, zumitos y agua que podías pedir a las azafatas directamente o yendo tú misma al habitáculo-almacén que tenían escondido tras una cortinilla al fondo del avión (y del que no tienes por qué conocer su existencia a no ser que seas un lince y observes el peregrinaje de seres que van con las manos vacías de ida, y vienen con vasitos rebosantes de líquido a la vuelta)
Hacia el final del vuelo, y debido al alboroto ocasionado por los gamberros, la situación se volvió insostenible. Me imaginaba a todo el pasaje mirando hacia el frente , contemplando el cachondeo de los salvajes, agotada y resignadamente... y de repente su cara de asombro al descubrir el vuelo espontáneo de una Converse amarilla salida de mi pie, volando a cámara lenta dirección a la jeta del gilipollas de pelo rizado que más jaleo hacía, objetivo indudable de mi ira (venida a más a partir de la cuarta hora de vuelo).
Pototo el piloto informó seguidamente por megafonía que estabamos sobrevolando Las Bahamas, Florida y Cuba, lo cual significaba: deja todo lo que estés haciendo (o sea nada), balancéate y estira el cuello todo lo que puedas para intentar divisar algo por esa mini ventanilla, porque sepa Dios cuando vuelvas a ver tú todos esos sitios)
Anunciaron el descenso, no sin antes rociarnos por los pasillos del avión con un spray anti parásitos que se ve no podíamos introducir en el país (ambientador, según la Rebel Hormi, porque no había quién respirara ya) y rellenamos una ficha donde especificamos nuestros datos personales y el equipaje que traíamos con nosotras a la Riviera mexicana.
Una vez en Cancún, fue fácil distinguir de entre las demás a "rojita" y a "feita" en la cinta maletera ("rojita": tamaño normal, más bien de fin de semana y donde llevábamos el material acuático; "feita": nuevo-fichaje-estrella para la ocasión, grande para que nos cupiese toda la ropa pero rematadamente fea, por aquello de despistar a los ladrones de maletas ¬¬' ), totá, pa luego venir forrada concienzudamente de film transparente desde Palma. Seguramente, las que mejor forradas iban, con diferencia:
- Menos mal que las hemos forrao. Tú imagínate que nos meten droga o lo que sea dentro y que no podemos salir del país...
- Pero si todavía no hemos entrao! ¬¬'
Y es que ver todo ese despliegue militar en el aeropuerto de Cancún, acojonaba un poquitín.
Continuará...